LA HUMILDAD
Al estar consiente de todas las cosas buenas que poseemos, ya no existe la necesidad de sufrir por la envidia hacia otras personas. Quien aprende a realmente ser humilde, logra vivir una vida más feliz.
Al estar en armonía con uno mismo, se está dispuesto a mostrar honor y aprecio hacia otras personas. Valorarse a sí mismo trae aparejado valorar a los demás.
La falta de humildad causa enojo y engendra peleas; la humildad crea serenidad y tranquilidad.
Con humildad se desarrolla la capacidad de admitir las equivocaciones, ya que se elimina el miedo a sentir que uno no vale nada. Al conocerse a sí mismo, la crítica se transforma en una posibilidad de crecimiento.
Con humildad, es más fácil perdonar a otros rápidamente.
Humildad es apreciar lo que tenemos, es tener conciencia de que todo es un regalo.
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